De despedida y bienvenida.
Un caso de melancolía
De despedida y bienvenida.

Hoy te vi mecer a tu bebe,
Frágil,  tus manos acariciaban insegura  una piel semejante a la tuya pero externa,
Vi temerosa tu pecho amamantar, sin equilibrio, sin audacia, buscando donde hallar el orificio de aquella boca que quería jugar con tu inseguridad.
La ibas reconociendo, tu mirada conquistaba nuevas tonalidades para aquel cuerpo que mecías. Se imponía con una potencia que te dejaba atónita, y aun más temerosa.
Vi tu fortaleza, para no caer a pesar de la fragilidad, para no rendirte ante tanta grandiosidad enigmática, para no ceder tu lugar frente a aquel llanto (in) interpretable., para no perecer a pesar del dolor de no tener ninguna respuesta.
Te vi grande, tus palabras seducían  la mirada de aquel cuerpo sonriente. Buscaba ese sonido, que calmaba tanta locura en la existencia.
Te vi angustiada, porque ya no conversaríamos más, porque ahora deberás confiarle a otros tus secretos silenciados en tu cuerpo. Me vi triste, porque también intento calmar mi fragilidad mansa, en el páramo de este afecto, que perdurara en estas miradas, en estas palabras que dijimos y en otras que silenciamos para no caer.

Patricia Bruno. Mar del Plata
Para Daiana. Bienvenida Jazmín.